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  • Foto del escritorAna Gorostegui

Conversaciones incómodas

En este artículo, hablaremos de la importancia de abordar las conversaciones incómodas o pendientes que hemos estado posponiendo. Descubriremos cómo enfrentarlas para resolver problemas, sanar heridas y fortalecer nuestras relaciones.


En la vida, a menudo nos encontramos con conversaciones incómodas o pendientes que preferiríamos evitar. Son esas conversaciones que nos mantienen en vela por la noche, que nos generan ansiedad y que nos hacen estar en un ciclo de pensamiento rumiativo.


Percibimos cierto riesgo en estas conversaciones, por eso tendemos a posponerlas o eludirlas, lo que sólo prolonga nuestro malestar y puede acabar afectando nuestras relaciones y nuestro bienestar emocional.


Imagina que llevas semanas sintiéndote incómoda con un compañero de trabajo por un par de comentarios despectivos que realizó sobre una presentación que hiciste. Consideras que te llevas muy bien con él y hasta ahora no habíais tenido ningún problema. Estás preocupada y sientes que necesitas hablar con él porque no se te va de la cabeza el malestar que te produjo, pero te da miedo que se moleste o que no consigas expresar cómo te sientes. Así que evitas encontrarte a solas con él y cuando lo hacéis, sólo habláis de cosas superficiales y enseguida buscas una excusa para marcharte.


Este escenario es uno de tantos que nos encontramos evitando conversaciones incómodas o pendientes en nuestras vidas.


Otros ejemplos pueden ser:

  • Decirle a alguien que no nos mande determinados mensajes que nos molestan: expresión de límites personales

  • Pedir disculpas por un error que hemos cometido: una comunicación sensible

  • Exponer nuestra queja o insatisfacción a alguien que lleva mucho tiempo trabajando con nosotros: un reclamo

  • Expresar nuestra necesidad sobre algo que nos molesta de nuestra pareja: una petición


1- Razones por las que nos cuesta mantener la conversación


Existen varias razones por las cuales evitamos mantener conversaciones difíciles. Estas razones pueden variar de una persona a otra, pero aquí hay algunas explicaciones comunes:


  • Miedo al conflicto: Nos preocupa que la situación empeore o que la relación se vea afectada negativamente.

  • Preocupación por las reacciones negativas: Tememos que la otra persona se enoje, se ofenda o se sienta herida por lo que tengamos que decir.

  • Deseo de evitar la incomodidad emocional: Las conversaciones difíciles a menudo involucran emociones intensas, como tristeza, ira o vergüenza y preferimos evitarlo.

  • Incertidumbre sobre cómo abordar el tema: No tener claridad sobre cómo iniciar o manejar una conversación difícil puede hacer que sintamos inseguridad o falta de confianza.

  • Miedo al rechazo o al juicio: Preferimos evitar el riesgo de sentirnos vulnerables o de que nos malinterpreten.


Evitar estas conversaciones proporciona un alivio temporal, pero a largo plazo puede llevar a malentendidos y relaciones tensas.


2- Los 5 pasos a seguir para tener una conversación incómoda


A continuación, presentamos los 5 pasos para tener una conversación incómoda basados en la Comunicación No Violenta (CNV), de Marshall Rosenberg:


PASO 1- PREPARACIÓN PREVIA: Define los objetivos, logística y contexto

  • ¿Para qué quieres tener esta conversación? ¿Y para qué más…?

  • ¿Cuál es el resultado que buscas obtener?

  • ¿Cuál es el contexto más adecuado? (tono, lugar, momento….)

Aprenderás mucho sobre ti haciéndote estas preguntas previamente y, probablemente, te des cuenta de que gran parte de lo que pasa tiene que ver contigo, de que eres responsable en cierta medida


PASO 2- DESCRIPCIÓN OBJETIVA DE LOS HECHOS: Observa de manera objetiva la situación.

Comienza la conversación describiendo hechos específicos y observables. Asegúrate de que son evidencias y no opiniones.


PASO 3- EXPRESIÓN DE SENTIMIENTOS Y NECESIDADES: Comunica cómo te sientes sin culpar a la otra persona

  • Expresa tus sentimientos: Comparte cómo te sientes en relación con la situación sin culpar a la otra persona. Utiliza "yo" en lugar de "tú", para responsabilizarte de tus propias emociones.

  • Identifica las necesidades que no están siendo satisfechas en la situación y comunícalas de manera clara y directa, evitando exigencias o demandas.

  • Formula una petición específica y realista a la otra persona. Asegúrate de que sea concreta y accionable.


PASO 4- ESCUCHA ACTIVA Y EMPATÍA: Cuida a la otra persona

Trata de comprender la perspectiva y los sentimientos de la otra persona. Refleja y valida sus emociones para crear un espacio de apertura y comprensión mutua.


PASO 5- ACUERDO Y CIERRE: Busca soluciones y haz un buen cierre

Trabaja junto con la otra persona para explorar opciones y soluciones que satisfagan las necesidades de ambas partes.


Por último cierra la conversación con una nota de resolución y agradecimiento mutuo por haber abordado el tema de manera constructiva.



Aquí podemos ver un ejemplo práctico con el caso que comentábamos al principio del problema con el compañero de trabajo:


Paso 1: Preparación previa

Antes de hablar con tu compañero, tómate un momento para reflexionar sobre tus objetivos para la conversación. ¿Qué resultado te gustaría obtener? ¿Deseas resolver el conflicto, expresar cómo te sientes o llegar a un acuerdo sobre cómo mejorar la comunicación en el futuro? También considera el contexto adecuado para la conversación, escoge un momento y lugar donde ambos podáis hablar sin interrupciones ni presiones, por ejemplo tomando un café fuera de la oficina.


Paso 2: Descripción objetiva de los hechos

Durante la conversación, enfócate en describir objetivamente la situación. Puedes decir algo como: "Después de la presentación del informe que hice en la reunión de evaluación anual, hiciste unos comentarios que me parecieron despectivos. Mencionaste que había algunas partes confusas y que carecían de relevancia".


Paso 3: Expresión de sentimientos y necesidades

Luego, expresa cómo te sientes y cuáles son tus necesidades en relación a la situación. Por ejemplo: "Me sentí incómoda y herida por los comentarios, ya que valoro nuestra relación de trabajo y siempre hemos tenido una buena comunicación. El informe lo habías leído antes y no me dijiste nada. Necesito sentir que puedo confiar en ti y poder expresar mis ideas sin sentirme menospreciada".


Paso 4: Escucha activa y empatía

Permite que tu compañero también pueda expresar sus sentimientos y perspectivas. Escúchale con atención y muestra empatía hacia sus puntos de vista. Por ejemplo: "Entiendo que quizá tus comentarios no fueron con la intención de lastimarme y que tal vez tenías algunas inquietudes sobre la presentación ¿Cómo lo viviste tú?".


Paso 5: Acuerdo y cierre

Finalmente, podéis llegar a un acuerdo sobre cómo mejorar la comunicación en el futuro o resolver cualquier malentendido presente. Por ejemplo: "Creo que sería útil para ambos hablar abiertamente más a menudo sobre nuestras preocupaciones. Podríamos salir una vez a la semana a tomar café fuera de la oficina".



¡ATENCIÓN A LOS JUICIOS Y EXIGENCIAS!


En lugar de emitir juicios o hacer interpretaciones subjetivas, enfócate en lo que realmente ha sucedido.

Ejemplos de juicios serían: “parece que últimamente te quieres dar importancia delante del jefe”, "estás consiguiendo que todo el mundo me mire mal"

Asimismo, evita hacer exigencias y en su lugar, realiza peticiones claras y concretas, para que la otra parte tenga la libertad de aceptarlas o no.

Un ejemplo de exigencia sería: "si somos amigos tienes que apoyarme siempre


Recuerda utilizar el lenguaje del “yo”

evitando hablar de lo que creemos que le pasa a la otra persona


3- Resultados


Mantener una conversación difícil puede llevar a una serie de resultados beneficiosos, tanto a nivel personal como en las relaciones con los demás:

  • Mejora de la comunicación: Las conversaciones difíciles te brindan la oportunidad de mejorar la comunicación con los demás. Al expresar claramente tus sentimientos, necesidades y puntos de vista, y al escuchar activamente a la otra persona, puedes construir una comunicación más auténtica y efectiva.

  • Fortalecimiento de las relaciones: Aunque pueda parecer paradójico, las conversaciones difíciles pueden fortalecer tus relaciones a largo plazo. Al abordar los problemas de manera abierta y honesta, fomentas la confianza, la transparencia y la comprensión mutua.

  • Crecimiento personal: Al enfrentar estos desafíos, tienes la oportunidad de crecer y desarrollarte personalmente. Aprender a expresar tus emociones de manera constructiva, manejar el conflicto y buscar soluciones pacíficas son habilidades valiosas que pueden beneficiarte en diversos aspectos de la vida.

  • Resolución de conflictos: Al enfrentar de manera directa y respetuosa los problemas o desacuerdos, existe la posibilidad de encontrar soluciones que satisfagan las necesidades de ambas partes.

La evasión prolongada solo prolonga

el sufrimiento y dificulta el crecimiento

4- Conclusión:


Recuerda que cada conversación incómoda es una oportunidad para crecer y fortalecer las conexiones significativas en nuestra vida. Al abordar estas conversaciones con valentía y apertura, podemos avanzar hacia relaciones más saludables y satisfactorias.


¿Qué conversación incómoda vas

a abordar este verano?



5- Si quieres profundizar sobre el tema:

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